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Se acerca el verano y con él, las condiciones perfectas para aprovechar al máximo el potencial de nuestros jardines.  En esta época es cuando más se puede disfrutar de ellos, de sus colores y esencia.  Sin embargo, para conseguir ese aspecto ideal, se tienen que preparar y mantener en unas buenas condiciones ambientales y nutricionales, habrá que tener en cuenta la existencia de varios factores para evitar el deterioro de las plantas de nuestro jardín.

Dichas condiciones y cuidados necesarios no precisan de una dificultad muy avanzada ni de una complicada preparación, pero sin ellos es muy probable que las plantas no crezcan como deberían, adquieran un buen color y hasta podrían llegar a morirse.

Limpieza y poda

Hay que mantener en buen estado la estructura funcional de las plantas para asegurar un crecimiento sano y que no tenga malformaciones o futuras complicaciones. Hablamos de llevar a cabo una limpieza general, como puede ser: extraer las hojas secas que encontremos que lo único que hacen es entorpecer el crecimiento natural de la planta y liberar y tratar las partes dañadas en la estructura de la misma.

Otra manera muy buena de corregir y rectificar la dirección del crecimiento y el tamaño es a través de podas en zonas concretas. Tampoco hay que excederse a la hora de cortar sus partes, pero es un método que si se hace con conocimiento puede resultar ser bastante útil.

Insectos y plagas

Una de las desventajas que trae consigo el cambio de temperatura es la aparición de insectos y plagas que pueden tomar el control y arrasar con todo el jardín que con tanto esmero intentamos proteger y en el que tanto trabajo hemos invertido. Para evitar todo esto, lo que tenemos que hacer es conocer las plantas de nuestro jardín y hacernos con la noción de las plagas que las pueden afectar para así tomar medidas preventivas.

Hay muchos tipos de plaguicidas, insecticidas y pesticidas para proteger nuestras plantas, por ello, debemos informarnos de cuáles son los mejores según los componentes químicos que tengan, aquellos que menos afecten al medio ambiente y que sean adecuados para nuestro jardín, de manera que no sea contraproducente.

Riego y abono

En estos meses de alta temperatura, hay un par de medidas que se deben tener muy presentes en la constancia del mantenimiento de las plantas. Estas dos medidas se basan en la nutrición y cubrir las necesidades hídricas de nuestras plantas.

Con la llegada de esta estación aparecen también las elevadas temperaturas, lo que hace que sea preciso un abundante aporte de agua para evitar la deshidratación y quemado de nuestras plantas. Los riegos deben ser constantes, no debemos regar en exceso un día para olvidarnos del mantenimiento durante varios.

Además de riegos constantes, deben hacerse a ser posible en las horas más frescas del día para poder aprovecharlos al máximo y evitar que se evapore un gran porcentaje del agua que vertamos. Si sois de los que tenéis poco tiempo, os aconsejamos sistemas de riego automático con temporizador.

La gran variedad de nutrientes que la planta necesita, para realizar sus funciones vitales y poder crecer bien, las adquiere en la tierra a través de sus raíces; por tanto, esa misma tierra debe estar bien provista de sustrato rico en minerales, nutrientes y suplementos vitamínicos.

Una buena mezcla de tierra provista de una correcta composición favorecerá el avance de las raíces por su interior, y de esa manera la planta podrá disponer de todos los nutrientes con facilidad.