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Domótica y reforma son dos conceptos que comienzan a estar cada vez más presentes en el mundo de la construcción. Reformar una vivienda es una excelente oportunidad para automatizar algunas tareas de nuestro día a día. Con ello se logra una mejora en nuestra calidad de vida y se rentabiliza en muy poco tiempo.

La domótica es un término originario de la unión del latín domus (casa) y la palabra griega tica (que funciona por si sola”). Así pues, representa un conjunto de tecnologías destinadas a automatizar y controlar los sistemas de una vivienda. Esta gestión se hace de una manera inteligente y eficiente, y tiene múltiples opciones y rangos de actuación.

¡Ojo! No creas que estos sistemas sólo sirven para el entorno particular, sino que es cuestión de conceptos. No es lo mismo domótica (casas) que automatización (negocios). Diferencia entre estos conceptos y tendrás la clave para entender bien la información que vamos a ofrecerte.

Mejorar nuestra calidad de vida

En general, domotizar nos permite un uso más eficiente de la energía, aumentar nuestro confort y mejorar la seguridad dentro del domicilio. Pero la característica más destacada es la comunicación entre el usuario y el sistema instalado. ¿Cómo puede ser esto? Vamos a explicarlo de manera más detallada:

  • Ahorramos energía porque podemos monitorizar nuestros consumos. Así, obtendremos una información muy útil para saber cuándo, cómo y dónde reducir el coste de las facturas de electricidad, agua o gas.
  • Aumentamos nuestro confort porque la gestión de los elementos del hogar y actividades cotidianas es más inmediata. Podemos encender, apagar, abrir o cerrar… En definitiva, regular aparatos y con ello optimizar nuestro tiempo para algunas tareas.
  • Convertimos nuestra vivienda en un lugar más seguro, controlando el acceso a la instalación en cualquier momento.
Tipos de elementos de domótica

O bien puede producirse un fallo o avería en un aparato que suponga un riesgo y detectarlo a tiempo para salvar el problema.

  • Como usuarios, mantenemos una comunicación continua con la red domótica a través de cualquier dispositivo (PC, teléfono, tablet, etc.). De esta manera, recibimos información en forma de actualizaciones sobre el estado de la instalación incluso si nos encontramos fuera del lugar.
Domótica en reforma de vivienda

Domótica adaptada a cada necesidad

De esta manera, tenemos más claro que la domótica se puede dividir por bloques, según lo que queramos incorporar.

Apartado de SEGURIDAD: elegiremos esta alternativa cuando queramos sistemas para controlar las entradas al hogar, y acceder fácilmente a bloquearlas o desbloquearlas. Igualmente, podemos incorporar vigilancia para las zonas interiores o exteriores del domicilio y activar indicadores de alarma.

Apartado de COMUNICACIÓN: en este punto vamos a introducir la opción más interesante que nos ofrece esta unión reforma y domótica, que es centralizar el control de dispositivos. Si estamos ante una obra completa, resulta ideal montar la instalación para que la manejemos con el terminal que más nos convenga. Por ejemplo, conseguir encender la calefacción mientras ponemos a calentar la comida, y todo ello con el móvil sentado en el sofá.

Apartado de CONFORT: está claro que se va a lograr directamente, pero hay opciones concretas con las que el día a día mejora especialmente. Representa un importante servicio para personas con discapacidad de cualquier tipo y para el cuidado de la tercera edad.

Apartado de AHORRO Y ENERGÍA: el más variado, ya que disponemos de sistemas que regulan la entrada de luz natural con horario, o programas para controlar el encendido de calefacción en invierno. Y por qué no, activar automáticamente el riego automático del jardín.

¿Cuál es nuestra recomendación? Pues un sistema básico de domótica que incluya control de accesos, temperatura e iluminación.

Tipos de elementos de domótica

Costes, reforma y domótica

Ahora bien, vayamos al grano. ¿Cuánto aumentaría el coste de mi reforma un sistema así? No vamos a mentiros, porque la respuesta es lo que nos queramos gastar. El importe final va a depender de varios factores:

  • El tamaño: ¿Hablamos de domotizar una vivienda, una oficina o un edificio completo? Imaginemos, por ejemplo, que se trata de un domicilio particular: el mero hecho de que sea unifamiliar o piso en una comunidad va a hacer variar el presupuesto. De hecho, si buscamos sistemas integrales a gran escala estamos pasando a hablar de inmótica. 
  • La cantidad, o sea, qué apartados queremos convertir en automáticos. disponemos de una amplia gama de opciones que debemos concretar a nuestras necesidades.
  • La complejidad: cómo de completos queremos los dispositivos. ¿Nos es suficiente con un sistema ON/OFF o buscamos más funciones? ¿Queremos también un diseño bonito?
  • La tecnología: por ejemplo, para controlar aparatos que requieran potencia necesitaremos un sistema de cable dedicado (Bus). Sin embargo, si queremos colocar una alarma sobre una caseta de mascota, usaríamos un sistema inalámbrico (por radiofrecuencia).

¿Cuánta información verdad? Pues coméntanos tus conclusiones. ¿Incluirías un sistema de domótica en tu vivienda?

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